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Herramientas para conseguir el liderazgo en la abogacía 

Liderazgo en la abogacia - Patricia Tudo

¿Necesitan liderazgo los abogados? La respuesta es clara. Sí. El liderazgo es una competencia imprescindible en el sector de la abogacía.  

El liderazgo es el conjunto de habilidades directivas que posee la persona para influir en otros, ya sea en su persona o en su forma de actuar, consiguiendo que éste o el grupo vaya en la línea deseada por su líder. De esta manera, se consiguen cumplir los objetivos y metas propuestas. 

Hoy día es importante tener en cuenta que el currículum no es la única herramienta para dirigir un despacho. Además de conocimientos teóricos y técnicos, el abogado del siglo XXI debe contar con una serie de habilidades directivas si verdaderamente quiere transformar las formas y conseguir que todo el equipo vaya al mismo ritmo. 

Tipos de líder 

El líder, que no es lo mismo que jefe, deberá establecer una dirección estratégica y conseguir que su equipo vaya al unísono para alcanzar los objetivos propuestos. En este sentido, la persona que lidera el equipo es capaz de influir y motivar al equipo. De ahí que su figura sea muy importante para conducir despachos de abogados, empresas, organizaciones gubernamentales, farmacias, es decir, cualquier empresa, ya sea pequeña o grande. 

No debemos olvidar que ningún líder perdura en el tiempo si no hay detrás comunicación y vínculo coherentes. De ahí que, Max Weber estableciera distintos tipos de líder en función de su comportamiento: 

  • Líder autócrata: se encarga de toda la responsabilidad a la hora de tomar decisiones 
  • Líder participativo: cuentan con las opiniones de los demás antes de dar su veredicto final 
  • Líder liberal: es el líder que más delega y cuenta con que el resto del equipo recoja el testigo como fruto de su motivación y entusiasmo.  

Con independencia de estos 3 tipos de líderes, el líder en general surge en proyectos donde participan las personas que necesitan ser guiadas para cumplir unos objetivos. A diferencia del jefe, el líder no se aprovecha del grupo ni va por delante de éste sino que empodera al grupo con su propia habilidad directiva. 

20 competencias para alcanzar la excelencia en la abogacía 

Como abogada especialista en psicología, me gustaría ofrecerte 20 competencias para que puedas alcanzar la excelencia en la abogacía. Para ello, me centraré en 6 perspectivas fundamentales: carácter, capacidades personales, orientación a objetivos, capacidades interpersonales con los operadores jurídicos, capacidades interpersonales con los clientes y mejora continua. 

Carácter 

1. Valores: Honestidad, transparencia, responsabilidad 

2. Marca personal fuerte y diferenciada 

3. Correcta gestión emocional 

4. Visión empresarial 

Capacidades Personales 

5. Experto en la ciencia jurídica 

6. Analiza y fija estrategias 

7. Correcta gestión del tiempo 

8. Trabaja en su crecimiento profesional y personal 

Orientación a Objetivos 

9. Evalúa el coste-beneficio de cada acción 

10. Establece metas ambiciosas pero realistas 

11. Actitud proactiva y toma de decisiones 

Capacidades Interpersonales con los operadores jurídicos 

12. Se comunica de forma convincente e inspira dignidad 

13. Motiva e instruye al equipo hacia la excelencia 

14. Crea sinergias y relaciones 

15. Lealtad con los compañeros de profesión 

Capacidades interpersonales con los clientes 

16. Lidera la comunicación en tiempo y forma 

17. Dignifica la profesión 

18. Dirige los asuntos jurídicos de forma proactiva 

Mejora continua 

19. Impulsa, promueve y apoya el cambio 

20. Resiliente a los cambios del entorno 

Sea como fuere, lo importante para alcanzar el liderazgo en la abogacía es tener un pensamiento proactivo. Este tipo de pensamiento nos permite ser conscientes de nosotros mismos porque hace que podamos captar aspectos y matices de lo que nos rodea para elegir la mejor opción y el camino adecuado a seguir. 

Actuar con un pensamiento proactivo nos vuelve, al mismo tiempo, más sensibles para percatarnos de otros estímulos de la realidad. Además, nos ayuda a buscar nuevas alternativas y respuestas ante la gestión diaria del despacho. 

Por último, el pensamiento proactivo hace que nos comprometamos en nuestras decisiones y elecciones diarias generando nuevas opciones y posibilidades en las que cada uno de nosotros puede intervenir para modificar cualquier aspecto de nuestra realidad. 

Es así cómo dejamos a un lado el “todo” o “nada” para buscar nuevas opciones donde podemos intervenir en “algo”. No debemos olvidarlo: siempre hay “algo” en lo que podamos intervenir para mejorar nuestra realidad. 

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