Blog

Un buda en el despacho

Buda en el despacho de abogados

-Dos horas perdidas en el juzgado… una llamada al cliente para avisarle que me retrasaré para la reunión que teníamos concertada a las 13 horas… una notificación que tengo de despachar sí o sí esta tarde… y otro día en el que no tendré tiempo para comer… o en el mejor de los casos picar algo en 10 minutos.-

Así comencé a darme cuenta de que esta situación, prologada en el tiempo, las salidas a las 11 de la noche día sí y día también, estaban haciendo mella en mi salud, y mi cuerpo comenzaba a hacerme señales.

Necesitaba poner orden a todo el estrés que dominaba mi vida. Fue así como decidimos mezclar las demandas con sesiones de meditación y los recursos con descansos para aplicar el “aquí y ahora”. Una mezcla que podría parecer explosiva o cuanto menos insólita. La mejor decisión de mi vida.

Ahora, podemos decir que lo que comenzó como un programa de mindfulness se ha convertido en una cita ineludible y con carácter permanente para los miembros de mi despacho.

Semanalmente y como un reloj, los socios y pasantes del bufete soltamos el ordenador, los expedientes o el teléfono y nos dedicamos a … no hacer nada. O a hacer mucho, tal como ya hemos aprendido.

Patricia, nuestra consultora no se sorprende de nuestro caos de despacho. Ella ha sido abogada, ha estado en nuestro lugar. Ella es nuestra experta en mindfulness.

Llega todos los miércoles a las 4 de la tarde, como un reloj. Todos sabemos que es una cita blindada en la agenda, una cita con nosotros mismos, sagrada e ineludible.

Nos dirigimos a la sala de juntas. Apagamos las luces… y nos ponemos a meditar. ¡¡Si!! ¡¡En el despacho de abogados!! Puedo decir que la sala de juntas ha cambiado de significado para mí. No puedo evitar sonreír y sentirme increíblemente segura cuando estoy en ella con los clientes o compañeros.

Llevamos 4 meses realizando mindfulness todas las semanas. Desde entonces puedo decir que mi nivel de estrés se ha reducido de forma considerable.

El mindfulness te enseña a concentrarte en cada momento de tu vida. Ahora puedo ver con claridad que andamos todos desenfocados, corriendo de aquí para allá y confundiendo la productividad con el movimiento y la actividad desordenada.

He bajado mi ritmo pero al mismo tiempo soy más productiva. Paradójicamente, acabo más tareas que antes. He aprendido a discriminar las actividades que me hacen perder el tiempo, por poco que sea, y mi rendimiento ha subido de forma muy notable.

Mi memoria vuelve a ser como hace años, en la universidad, cuando estudiaba los largos temas de civil o administrativo.

Entre los compañeros se respira buen ambiente y nos sentimos más unidos. Hemos recuperado una forma de trabajar en equipo y por qué no decirlo, más solidaria. Estamos más comprometidos con el trabajo de los demás, y el cliente lo percibe.

Mi vida personal comienza a recuperarse. Vuelvo a realizar actividades con mi familia, como pasear entre semana o recoger a mi hijo de su actividad deportiva. He aprendido que en la vida todas las facetas son importantes y no puedes descuidar ninguna.

Recomiendo a todos los despachos sin duda esta práctica de mindfulness.

Los miércoles de 16 tengo mi agenda bloqueada para un cliente muy importante: ¡Yo misma!.

Elena P. Abogada especialista en derecho de familia

ÚLTIMAS NOTICIAS

SERVICIOS